¿Qué pasaría si una etiqueta dejara de ser solo un papel bonito y se transformara en una invitación a jugar y ayudar a especies en peligro de extinción? Esa fue la propuesta de Roberto Echeverría, diseñador graduado de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), quien decidió darle “otra vida” a la etiqueta de una cerveza. Con este proyecto obtuvo un premio en los Latin American Design Awards (LADAWARDS) 2025. Este es uno de los reconocimientos más prestigiosos de la industria creativa en la región. 

Desde pequeño, Roberto Echeverría recuerda que siempre tuvo “más conexión hacia la creatividad”. Su madre conservaba poemas que él escribía de niño, mientras su padre, vinculado al arte y la escritura, lo inspiraba con sus proyectos. Esa inclinación lo acompañó durante sus estudios, incluso cuando en el colegio sus compañeros le pedían que les ayude con las láminas de dibujo técnico. 

Tras un paso por la gastronomía, encontró en el diseño el camino para canalizar su búsqueda creativa. Estudió en la PUCE y, a la par, trabajaba en agencias publicitarias. “Mientras estudiaba, ya estaba metido en la publicidad. Eso alargó un poco mi carrera, pero me permitió aprender haciendo”. 

El origen de Etiqueta Viva 

Para hablar sobre el premio, debemos volver a la PUCE.  Su proyecto de tesis de grado, Etiqueta Viva, nació del reto de diferenciar a una cerveza artesanal en un mercado saturado de etiquetas similares.

Video cortesía de Roberto Echeverría.

A partir de la investigación, Roberto propuso un concepto que combinaba diseño, tecnología y sostenibilidad. Se trata de una etiqueta que se transformara en origami con instrucciones descargables con un QR.

El proyecto no solo buscaba interacción, también tener impacto. “Me puse a investigar especies en peligro y decidí contar la historia de estos animales”, cuenta. Así surgieron figuras inspiradas en la rana marsupial, el lobo de páramo y el colibrí pechinegro. 

Los mejores de Latinoamérica 

Con Etiqueta Viva, Echeverría se presentó a los LADAWARS, un sueño hecho realidad. Compitió en la categoría de Estudiantes y, para su sorpresa, fue el único ganador en Advertising (Publicidad) y en la subcategoría Responsible Activations (Activaciones Responsables). El jurado estuvo conformado por 45 profesionales de la región.

“Cuando vi mi proyecto en la lista de finalistas sentí que estaba en otro nivel. El jurado eran personas que han marcado la publicidad a nivel mundial. Fue emocionante pensar que habían evaluado mi trabajo”, comenta. 

La premiación se realizó en Cusco (Perú) con creativos de distintos países de la región. “Ver el nivel de Brasil, México o Paraguay fue inspirador. Me hizo pensar que Ecuador tiene un camino por recorrer, pero también un gran potencial”. 

En temas de creatividad, la idea es la jefa 

Más allá del reconocimiento, este logro se convirtió en un punto de partida. Roberto busca proyectarse hacia la categoría profesional en próximos festivales y continuar desarrollando ideas con impacto. “Una buena idea se siente acá, en el estómago, como cuando se te eriza la piel. Eso me pasó con este proyecto”, afirma. 

Su hija recibió el premio por él en el Cusco, como un acto de gratitud al ser su inspiración. Foto: Cortesía.

Para él, el diseño es una herramienta para resolver problemas. “Lo que me atrajo del diseño es que tiene un propósito. No se trata solo de que algo se vea bonito, sino de que responda a una problemática”. 

Con Etiqueta Viva, Roberto demuestra cómo la creatividad ecuatoriana puede dialogar con los grandes referentes de la región y, al mismo tiempo, proponer soluciones. Ahora, él forma parte de la comunidad alumni de la PUCE que está ayudando a diseñar un mundo mejor.  

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