Venezuela, el país con las mayores reservas de petróleo en Latinoamérica, vive una crisis social alarmante. Para muchos venezolanos, el responsable directo es Nicolás Maduro, quien ha ocupado la presidencia desde 2013. Según datos oficiales, será presidente durante seis años más. ¿Cómo un país que fue un destino soñado, hoy enfrenta una situación insostenible? 

El 29 de julio de 2024, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela nombró a Maduro como presidente por los próximos seis años. La oposición interna y la mayoría de países de la región rechazaron la falta de transparencia en el proceso y en la presentación de los resultados. 

Natalia Sierra, docente de la Facultad de Ciencias Humanas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), conversó con Conexión sobre algunos puntos claves para entender la crisis venezolana.  

Breve recuento sobre el chavismo 

Hugo Chávez llegó al poder de forma democrática en 1999 con la promesa de una revolución socialista bolivariana. Es decir, adaptar el socialismo a la época contemporánea y al contexto venezolano. Su discurso se basó en darle a los sectores populares la riqueza del país.  

Durante su mandato, la estructura del Estado se modificó desde la Constituyente hasta el manejo de los medios de comunicación. Además, estaba amparado en una enorme popularidad que le dio legitimidad para aplicar las medidas.

Ocupó la Presidencia hasta que falleció en 2013. Su relevo causó polémica en los medios de comunicación, pues la figura de Nicolás Maduro no tenía la misma fuerza. Al caer el precio internacional del petróleo, sostener el gasto fiscal del chavismo fue difícil. Ahí, las denuncias de una corrupción que se acarreaba por años se hicieron cada vez más innegables. 

En otro tema, el endeudamiento con China creció exponencialmente. En 2021, la deuda pública llegó al 288% de su producto interno bruto.

Bajo el mandato de Maduro, Venezuela ha experimentado hiperinflación y una precarización de las condiciones de vida. Asimismo, la promesa de cambio de matriz productiva nunca llegó. Es así, que la economía continuó dependiendo del petróleo y las fluctuaciones en la producción han sido complejas. Además, por la forma de manejo del Estado, se han aplicado sanciones internacionales que golpean más la economía venezolana.  

 

El chavismo en un momento fue el puntal del progresismo del siglo XXI en Latinoamérica ¿Cómo entender la esperanza que generó y qué pasa ahora? 

Los procesos progresistas en América Latina, incluidos los de Venezuela, generaron mucha esperanza en los pueblos de la región. Sin embargo, estos Gobiernos rompieron la relación con los sectores sociales, especialmente en lo que respecta al extractivismo. Esta ruptura fue muy fuerte, sobre todo con los pueblos indígenas y campesinos. Además, hubo numerosas denuncias de corrupción, lo cual es evidente, ya que comenzaron a invertir mucho desde el Estado. Los contratos estatales estuvieron marcados por manejos inadecuados. 

En otro orden, existe un conflicto con Estados Unidos, que impone sanciones y ataques. Esto ha contribuido al desgaste de estos Gobiernos, aunque en diferentes grados. Por ejemplo, en Brasil, Lula da Silva volvió al poder, porque creo que manejan mejor el juego democrático frente a Maduro, inclusive a Rafael Correa. Lamentablemente, estos líderes no lograron atender las expectativas de la población. 

Esto no significa que no hayan implementado políticas sociales; de hecho, lo hicieron. Esto a diferencia de la vieja derecha que olvida lo social y somete a la población a procesos de empobrecimiento. Pero considero que el manejo político, particularmente, la falta de observancia de los procesos democráticos pasó factura a estos Gobiernos. 

Entonces, ¿cómo analiza la crisis que vive Venezuela actualmente? 

La crisis actual de Venezuela se puede rastrear desde la llegada de Hugo Chávez al poder. Chávez asumió dentro de una ola de Gobiernos progresistas. Estos se posicionaron en contra de las políticas norteamericanas y cuestionaron la política neoliberal implementada por la derecha tradicional. Esta política neodesarrollista y neokeynesiana generó reacciones adversas en ciertos sectores internos de Venezuela.

Mientras Chávez estuvo en el poder y se desarrollaba un proceso similar en Latinoamérica, las fracturas internas no eran tan evidentes. Había expectativas sobre los cambios en curso. No obstante, tras la muerte de Chávez, la transición de poder dentro de su movimiento se volvió conflictiva. Maduro contaba con la bendición de Chávez, pero no tenía el mismo apoyo ni capital político, lo que disminuyó su legitimidad. 

A esto se sumó una política de bloqueo muy fuerte por parte de Estados Unidos, que provocó serios problemas económicos en Venezuela. Estos conflictos se agravaron por la crisis de los precios de los commodities en 2014. Estas dificultades hicieron que el Gobierno tenga problemas para responder a las demandas del pueblo. Además, surgieron rasgos autoritarios en el Gobierno de Maduro, que se fueron afirmando mientras enfrentaba problemas económicos y perdía aceptación. 

Además, surgieron numerosas denuncias de corrupción en la presidencia de Maduro, así como disputas internas, especialmente entre sectores de la derecha. Con el tiempo, estas tensiones se agudizaron, pues un poder concentrado durante tanto tiempo inevitablemente genera desgaste y erosiona la democracia. 

Desglosando lo que señala, los casos de corrupción han sido una constante en los Gobiernos, en unos más que en otros. ¿Qué papel jugó en el chavismo? 

La corrupción en estos Gobiernos les ha pasado factura, porque está estrechamente vinculada a la inversión del Estado. Cuando se realizaron grandes inversiones públicas, la corrupción se infiltró en el aparato estatal, como ocurrió en Odebrecht, por ejemplo. No creo que esto sea exclusivo de Venezuela. Basta con ver la corrupción que existe ahora en Ecuador, con contratos que se adjudican a familiares.  

Además, existe otro problema: el capital ilegal y el capital criminal se han convertido en el motor de los ciclos de acumulación. Esto no se limita a Venezuela. Por ejemplo, aquí en Ecuador, el capital del narcotráfico está infiltrado en todos lados, lavando dinero por todas partes. Estados Unidos es uno de los mayores lavadores de dinero. Así que, aunque la corrupción es un problema, no es algo exclusivo de Venezuela. Es parte de cómo el capital se está moviendo en estos momentos. 

Por otro lado, la crisis económica en Venezuela se profundiza cada vez más. Se habla de 7,5 millones de venezolanos que han tenido que migrar. ¿Cómo analiza este aspecto? 

La crisis económica de Venezuela tiene que ver con el bloqueo, pero también con la ineficiencia del Gobierno. Cuando Chávez llegó al poder, el país debía avanzar hacia una sustitución de importaciones. Es decir, dejar de ser dependiente del petróleo y reactivar el aparato productivo para producir internamente. Sin embargo, no lograron hacerlo. Venezuela sigue siendo un país petrolero y extractivista, incluso más que antes.  

Por otro lado, las crisis migratorias tienen muchas razones. Venezuela tuvo una primera ola migratoria de personas de sectores altos inconformes con el proceso chavista, que decidieron salir del país. Luego, vino una ola migratoria de la clase media, cuando los problemas económicos crecieron, especialmente por los bajos sueldos y la devaluación monetaria.

Finalmente, los sectores populares, que sufren más por el bloqueo, también comenzaron a migrar.  La pobreza de los sectores populares es la historia de América Latina. Sin embargo, la crisis en Venezuela, agravada por la devaluación, el bloqueo y el mal manejo económico, alcanzó niveles insostenibles para la población. 

Esto ha resultado en una diáspora que tiene aspectos trágicos, similar a lo que ocurrió en Cuba en su momento. Creo que el bloqueo ha jugado un papel muy importante. Esta es una tragedia que ha pasado factura al Gobierno de Maduro.

Si Venezuela crece el 4%, con el apoyo de China, Rusia y si entra en los BRICS, el escenario será distinto. Porque la mayoría de la gente emigra principalmente por problemas económicos; quienes lo hacen por razones políticas son muchos menos en comparación con los primeros. 

En cuanto a la democracia, algunos hablan de totalitarismo y dictadura. ¿Cree que esto es así? 

Se habla de dictadura en Venezuela, pero no estoy de acuerdo con esa caracterización, ya que Maduro participa en elecciones. El problema es el fraude, que para mí no está en las urnas. Está en el control sobre el Estado, la propaganda, y los recursos y en la persecución a la oposición política.

No es una dictadura como las que hubo en los años 70 en el Cono Sur. Maduro juega el juego democrático, aunque lo haga con fraude. En otros países también se han denunciado fraudes, por ejemplo, en Estados Unidos.

Sin embargo, la concentración de poder no es solo un problema en Venezuela. Aquí también se concentra todo el poder, aunque no haya una atención internacional. Lo mismo está sucediendo en Perú, donde la presidenta prácticamente destituyó al expresidente. Lo que sucede es que en este momento el foco está puesto en Venezuela. Esto debido a la disputa política e ideológica global entre sectores progresistas y la derecha tradicional. 

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