Entre las tierras que abraza el imponente Chimborazo, se encuentra el cantón Guamote. Sus horizontes guardan una historia tejida con hilos de lucha, resistencia y amor. En este escenario, resalta el legado del Padre Julio Gortaire, S.J., quien fue un faro de esperanza en la transformación de esta comunidad.
Su vida
El Padre Julio Gortaire Iturralde S.J. nació en Quito, el 20 de enero de 1937. En una familia numerosa, con sus siete hermanos, creció impulsado por el amor a la Iglesia católica y su fe en Cristo.
El Padre Gortaire cursó sus estudios secundarios en el Colegio Loyola, semillero vocacional de la Compañía de Jesús en Cotocollao. En 1954, estudió Humanidades y Filosofía en el San Gregorio. La etapa de magisterio la realizó en el Colegio Borja de Cuenca. En el verano de 1968, fue ordenado sacerdote en Roma. Desde entonces, sintió el llamado que Dios le había hecho para llevar su amor a los indígenas de la Sierra ecuatoriana.
El trabajo en un pueblo oprimido
Hace más de 50 años, cuando el mundo rural andino experimentaba la decadencia del régimen de hacienda, el Padre Gortaire llegó a Guamote.
La presencia del jesuita fue una brújula en tiempos de opresión. En los 70, la población indígena y campesina de Guamote se encontraba sumida en una profunda reflexión sobre su realidad. La dependencia hacia los hacendados y las autoridades mestizas era evidente. Sin embargo, el Padre Gortaire encendió una llama de cambio con su visión de empoderamiento y autonomía.
La segunda Ley de Reforma Agraria, conocida como la «Abolición del precarismo», se convirtió en un hito significativo. Esto gracias a la lucha incansable de la comunidad, apoyada y guiada por el Padre Gortaire. El acceso a la tierra fue un pilar fundamental para la subsistencia y el desarrollo. También, fue la base sobre la que se edificó una nueva estructura organizativa, el «Jatun Ayllu».
Su misión enfocada en el amor de Dios
El trabajo del Padre Julio Gortaire no se limitó a liderar desde la distancia. Más bien, se sumergió profundamente en la comunidad de Guamote. Visitó casa por casa, aprendió de sus costumbres, valores y modos de vida, estableciendo una relación horizontal y respetuosa. Actuó como mediador entre el Estado y los campesinos, inaugurando proyectos que catalizaron el desarrollo y la transformación de la vida rural.
Su enfoque, basado en la dignidad y el respeto hacia los indígenas, se alinea con la metodología de los jesuitas. Es decir, se basa en la persona como centro, vivir en comunidad, entender las normas culturales y mantener relaciones horizontales.
Una huella imborrable
La Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) reconoció el trabajo y entrega del Padre Julio Gortarie, S.J. hacia las comunidades indígenas. En 2022, le entregó de un doctorado honoris causa.
Su huella en Guamote es testimonio vivo del compromiso incansable con la justicia social, la autonomía y el empoderamiento de las comunidades indígenas. Su legado continúa siendo un faro de esperanza.
En esta entrevista, el Padre Gortaire S.J. comparte algunos hechos destacados que vivió junto a esta comunidad. Nos recuerda que el cambio genuino comienza respetando a las culturas, la dignidad individual y la lucha por la justicia.
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