La Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) vive la solidaridad como un compromiso sostenido con la sociedad. A través de la Red de Respuesta Universitaria ante Emergencias y Catástrofes, conocida como Solidaridad PUCE, estudiantes, docentes y administrativos se han articulado para brindar ayuda inmediata y procesos de acompañamiento a comunidades en situación de emergencia.
Pero Solidaridad PUCE no se limita a la asistencia inmediata. Su estructura contempla tres fases:
- Respuesta: entrega inmediata de ayuda, de acuerdo con las necesidades en cada caso.
- Recuperación: apoyar procesos comunitarios para la reconstrucción de las zonas afectadas y, especialmente, de sus habitantes más vulnerables.
- Preparación: para la atención de una nueva emergencia.
La fortaleza de Solidaridad PUCE está en su capacidad de reacción. “Enviamos algunos recursos de inmediato y luego activamos una campaña para identificar las necesidades específicas de la comunidad afectada. De esta manera, evitamos enviar artículos innecesarios”, comenta la docente e investigadora PhD (c). Alejandra Delgado, coordinadora de Solidaridad PUCE.
Un ejemplo claro fue el corte de agua en el sur de Quito. Al día siguiente, la PUCE entregó 400 botellones de agua a las familias afectadas. En otros casos, como deslaves o incendios, se distribuyeron kits de alimentación, ropa y materiales de primera necesidad.
Un compromiso social
Alejandra destaca que esta iniciativa surge de uno de los pilares de la universidad: su compromiso social y humanista. Aunque la PUCE ha estado presente en distintas situaciones de emergencia a lo largo de las décadas, en 2023 se formalizó con la creación de un protocolo claro de acción y la instalación de un centro de acopio permanente.
“Nos dimos cuenta de que era importante estar preparados para las emergencias. La universidad no puede deslindarse de su compromiso ético y social”, subraya la docente.
Este enfoque ha permitido que Solidaridad PUCE brinde más de 18 respuestas inmediatas entre 2023 y 2025, frente a desastres ambientales, crisis sociales y emergencias urbanas. Con corte a mayo de 2025, la iniciativa ha alcanzado a más de 1.700 personas, en gran parte fueron niños, niñas y adultos mayores.
El centro de acopio permanente ha permitido que se atiendan necesidades específicas gracias a la diversidad de insumos disponibles. De hecho, se estima que se han canalizado más de cuatro toneladas de insumos que incluyen cobijas, mochilas, medicinas, agua, alimentos y hasta juguetes.
Solidaridad PUCE: reconstrucción y acompañamiento
En 2024, los incendios en el Distrito Metropolitano de Quito fueron devastadores. Entre los barrios más afectados estuvieron Guápulo y Bolaños, este último con una población en situación económica más vulnerable. En cuestión de horas, Solidaridad PUCE llegó a la zona con agua e hidratación para las familias damnificadas y el personal de apoyo. Pero la respuesta no terminó allí.
Durante el año, Solidaridad PUCE se sumó a las iniciativas de reconstrucción del barrio, acompañando mingas, jornadas de limpieza y espacios de encuentro comunitario. Una de las experiencias más significativas fue la organización de un vacacional, impulsado por los estudiantes de OEPIAM Runakuna PUCE y estudiantes del Colegio San Gabriel, que devolvió a niños y jóvenes un lugar para la creación y la esperanza.
Además de víveres y agua, la PUCE impulsó talleres lúdicos, ferias de comercialización y actividades formativas, generando herramientas que fortalecen la autonomía comunitaria. “Nos preguntamos cómo brindar herramientas que sostengan los procesos de reconstrucción. No queremos caer en el asistencialismo, sino en un compromiso social y ético”, señala Alejandra.
Gracias a este enfoque, artistas, colectivos estudiantiles y exalumnos se sumaron con talleres artísticos y propuestas educativas, que han aportado al fortalecimiento de la resiliencia y el tejido social.
Solidaridad PUCE: crecer en red
Solidaridad PUCE se ha consolidado como una red activa que articula el trabajo de facultades, colectivos estudiantiles, alumni, instituciones públicas y voluntarios independientes. “Lo que más nos motiva es que la comunidad confía en la PUCE. Cada vez que hacemos una entrega lo compartimos en redes, porque queremos que la gente sepa que sus donaciones están llegando a quienes más lo necesitan”, comenta la docente.
Para Alejandra, el centro de acopio de Solidaridad PUCE se asemeja a una “caja mágica”: nunca se queda vacío. Agua, ropa, útiles escolares o alimentos llegan constantemente gracias a la colaboración universitaria y ciudadana. Esa dinámica hace que el flujo de donaciones sea casi inmediato en su transformación en ayuda concreta. Así, la solidaridad se convierte en un puente de esperanza.
El proyecto refleja la visión de una universidad abierta a la sociedad. Como recuerda Alejandra, Solidaridad PUCE encarna lo que el Papa Francisco ha llamado una “universidad sin paredes”, aquella que sale de sus aulas para estar donde están las problemáticas y las necesidades.
Tú también puedes dar una mano
La solidaridad se construye entre todos, y en la PUCE siempre hay espacio para sumar. Recuerda que el centro de acopio de Solidaridad PUCE está abierto de manera permanente en el aula 001 de la Facultad de Hábitat, Infraestructura y Creatividad, de lunes a viernes en horario de 9h00 a 16h30.
Allí puedes entregar artículos como alimentos no perecibles, agua, ropa, útiles escolares, medicinas y otros insumos que marcan la diferencia en situaciones de emergencia. Antes de realizar la donación, puedes preguntarte ¿es algo que yo usaría o necesitaría en caso de emergencia?
Si deseas conocer más sobre el proceso, realizar una donación monetaria o apoyar como voluntario, puedes comunicarte directamente con el equipo del proyecto al correo: solidaridadpuce@puce.edu.ec. Cada aporte, grande o pequeño, se transforma en esperanza.
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