Durante tres días, expertos nacionales e internacionales visitaron la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) para reflexionar sobre las formas de habitar en comunidad. Lo hicieron en el marco del V Congreso Internacional de Vivienda Colectiva Sostenible, organizado por la carrera de Arquitectura del 17 al 19 del noviembre de 2025.
El encuentro fue un espacio plural, interdisciplinario y transformador, comprometido con repensar políticas y prácticas habitacionales desde enfoques participativos y contextualizados. Se realizó con el apoyo de la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño del Tecnológico de Monterrey, la Universidad Presbiteriana Mackenzie y la Cátedra Barcelona de Estudios de Vivienda.
¿Qué entendemos como vivienda colectiva sostenible?
En términos sencillos, la vivienda colectiva sostenible es un modelo de habitar donde varias viviendas se agrupan, buscando un uso responsable de recursos y espacios que fortalecen la comunidad. Combina sostenibilidad ambiental mediante materiales locales, eficiencia energética, áreas verdes. También problematiza el ámbito de justicia social desde el acceso equitativo, diversidad de habitantes y bienestar que permitan fortalecer el tejido social.
Temáticas del encuentro
Durante tres jornadas, el Congreso se enfocó principalmente en el estudio de experiencias que presenten desigualdades urbanas, vulnerabilidades ambientales y crisis habitacionales persistentes. Es así como la agenda propuso varios ejes temáticos que abordaron desde la salud en los entornos construidos hasta la memoria histórica de la vivienda colectiva.
Entre estos ejes estuvo el derecho a la vivienda y la necesidad del trabajo conjunto entre la política pública y el sector inmobiliario. En Ecuador existe un déficit de 728.000 viviendas, según Constructores positivos. Además, solo tres de cada 10 familias acceden a un crédito hipotecario pese a la baja morosidad. Estos datos reflejan los desafíos en términos de vivienda que enfrentamos como país.
Otro de los ejes de gran interés fue el regreso a la colectividad desde el espacio y las formas de habitarlo. En este sentido, el congreso plantea equilibrar mejora urbana y protección comunitaria, un tema especialmente relevante para ciudades como Quito, donde el centro histórico y sus barrios aledaños son escenarios de profundas transformaciones.




Las discusiones sobre el diseño de la vivienda colectiva giran en torno a la eficiencia, la flexibilidad y la adaptabilidad a los distintos perfiles de habitantes. Los ponentes coincidieron en que la innovación debe ser un valor esencial para promover calidad de vida en contextos diversos.
Voces del V Congreso de vivienda colectiva sostenible
Uno de los invitados de la conferencia fue el arquitecto y académico Josep María Montaner. Él presentó la ponencia “Renombrar las políticas y los proyectos de vivienda colectiva y popular”, donde insistió en la necesidad de replantear no solo las prácticas, sino también el lenguaje con el que nombramos la vivienda. Esta fue una invitación a revisar críticamente las categorías con las que se han estructurado las políticas habitacionales.
“El reto es que las políticas públicas se consoliden y que no haya una vuelta atrás”, señaló. Además, explicó que la vivienda colectiva requiere continuidad, compromiso estatal y estrategias de largo plazo.
Insistir en lo colectivo y en la comunidad
Varias de las ponencias y temáticas abordaron la necesidad de pensar el habitar desde lo colectivo. Una de ellas fue la intervención de Cynthia Seinfield, titulada Dónde la vida sucede: más allá de los muros. Desde su experiencia en Perú, la arquitecta subrayó que el entorno inmediato es determinante para construir comunidad.
“No solo importa la unidad de vivienda, sino los espacios que permiten relaciones sociales, continuidad y colectividad”, indicó.
Arquitectura que dialoga con el entorno
Desde Ecuador también se compartieron experiencias interesantes. Por ejemplo, se presentó el proyecto Conjunto Habitacional La Tola, un proyecto ubicado en La Tola. La intervención destacó cómo se incorporaron preexistencias del terreno para “anclar la nueva intervención con la memoria del sitio”, utilizando materiales locales y generando un circuito de circulación colectiva que mantiene constante relación con el paisaje.
Los asistentes y expertos además de compartir estos espacios académicos recorrieron la ciudad. En este ejercicio conocieron de cerca la arquitectura y cómo los paisajes urbanos muestran la configuración de una sociedad diversa y compleja.
El V Congreso Internacional de Vivienda Colectiva Sostenible demuestra que los debates sobre vivienda son técnicos, pero también políticos y humanos. Lo que está en juego es la posibilidad de habitar ciudades que garanticen dignidad y sentido de comunidad.
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