Cada año desaparecen alrededor de 26 lenguas en el mundo, según la Organización de Naciones Unidas (ONU). Con estas lenguas, también se va la historia y la cultura de un pueblo. Ecuador no es la excepción, pues sus 13 lenguas maternas tienen alguna amenaza que las pone en peligro de extinción.
“Se estima que más del 50% de las casi 6.500 lenguas que existen en el mundo corren el riesgo de desaparecer en el curso de unas pocas generaciones. Las trece lenguas indígenas del Ecuador no son una excepción, pues están todas, en algún grado, amenazadas”. Así explican la doctora Marleen Haboud y el doctor Jesús Toapanta en su libro Voces e imágenes: lenguas indígenas del Ecuador, publicado por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).
Cada 21 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Lengua Materna, fecha destinada a promover la preservación y protección de las lenguas ancestrales. Esta celebración fue aprobada por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO) de 1999. Esta iniciativa de Bangladesh se la conmemora desde el 2000.
¿Por qué es importante preservar las lenguas maternas?
La historia, costumbres, tradiciones, saberes ancestrales, cosmovisiones se transmiten a través de la lengua. Con la extinción de una lengua se pierde parte del patrimonio y la riqueza cultural de un país.
“La lengua materna nace por una necesidad cultural. Olvidarla, desecharla y dejarla a un lado, implicaría desconocer esa tradición cultural y perder nuestra diversidad” afirma la doctora Myriam Merchán, docente de la Facultad de Comunicación, Lingüística y Literatura.
Además, es importante mencionar que las lenguas maternas son parte de nuestra diversidad cultural y que aportan a la inclusión de nuestras 14 nacionalidades y 18 pueblos indígenas.
¿Por qué desaparecen las lenguas maternas?
El que existan lenguas dominantes o ‘superiores’, en el caso de Ecuador, el castellano; la migración, la necesidad de inclusión y la influencia del mundo globalizado son los principales motivos por las que las lenguas maternas están desapareciendo.
Por otro lado, muchas de las lenguas ancestrales solo tienen transmisión oral por lo que su bajo número de hablantes les pone en serio peligro de desaparición. Una de las lenguas en estado crítico es la zapara, de la nacionalidad Kayapwe de Pastaza. Esta no llega a tener 10 personas hablantes, según la publicación de los doctores Haboud y Toapanta.
“Es fundamental defender la lengua materna. Esto no quiere decir no aprender las lenguas que pide el mundo globalizado. Pero si se defiende la lengua materna voy a ser más competente, porque aprendo otras maneras de ver el mundo. La idea es encontrar ese equilibrio y no dar prioridad única y exclusivamente a las lenguas que nos pide el mercado”, afirma la doctora Merchán.
¿Qué se ha hecho en Ecuador por preservar las lenguas maternas?
En las últimas décadas, el Estado realizó avances importantes para la conservación de la pluriculturalidad. Así en La Constitución de 2008 se reconoce (Cap. 1, Art. 2) el kichwa (quichua) y el shuar como idiomas oficiales de relación intercultural.
También, se fomentó la visibilización de los pueblos y nacionalidades de Ecuador a través del Censo de Población y Vivienda de 2010, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), que incluyó preguntas sobre autoidentificación étnica.
Sin embargo, aún falta mucho por hacer, no solo desde el Estado, sino como sociedad, entendiendo que la lengua es una expresión cultural que nos representa. «Reconocer la lengua implica también reconocer al otro”, comenta la doctora Merchán.
Y que como país cumplamos con la Declaración Universal de Derechos Lingüísticos: “Umiktin tamau jimia iruk. Tarimiat aintska nii chichamen takakiniawai metek anturnaikiami tusar, ankan ankan takakiniawai nii chichamen nuya kirakmatirin nekasa nuna turau asar warasar pujusartiniutiai tusa tuké emkiar weartiniutiai nii pugamurin”.
Cita escrita en achuar chicham, una de las 13 lenguas ancestrales de Ecuador, que significa: “Todas las lenguas son la expresión de una identidad colectiva y de una manera distinta de percibir y de describir la realidad, por tanto tienen que poder gozar de las condiciones necesarias para su desarrollo en todas las funciones”.
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