Uno de los efectos más evidentes de la migración es la separación física de los miembros de la familia. Cuando uno o varios integrantes migran, las familias suelen experimentar una ruptura en su estructura. ¿Cómo afecta la migración a las dinámicas familiares? ¿Cuáles son las consecuencias de la migración dentro del núcleo familiar?

Entre 2021 y 2023, más de 100 mil ecuatorianos salieron del país y no volvieron. Esto según datos del Ministerio del Interior. ¿Por qué migran? La Mtr. Alexandra Serrano, docente de la Facultad de Psicología de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), lo explica.

“Primero, debemos comprender que la migración, en el contexto ecuatoriano, suele partir de una decisión tomada ante una extrema necesidad de supervivencia. Este fenómeno implica que las familias que enfrentan la migración se encuentran en situaciones de precariedad laboral, pobreza, y, eventualmente, persecución por grupos delictivos. Los miembros que emigran se sacrifican por el bienestar del hogar, no lo hacen voluntariamente, para su crecimiento profesional o personal”.

La docente asegura que la decisión de migrar se toma rápidamente, en condiciones peligrosas y con una gran incertidumbre.

“Las familias no cuentan con procesos de sostenimiento emocional. Los niños y adolescentes no reciben la preparación necesaria para afrontar la separación. La gran mayoría de las migraciones son irregulares, lo que añade peligros a la situación”.

Al no contar con herramientas ante escenarios de migración, los miembros de la familia pueden experimentar:

Alexandra explica que la separación de un miembro de la familia implica un duelo, para quien se va y para quienes se quedan. Esta pérdida puede ser abrupta y no procesada adecuadamente, afectando emocionalmente a todos los miembros de la familia.

“Sin preparación ni apoyo emocional oportuno, se pueden experimentar problemas de apegos inseguros y carencias emocionales persistentes hasta la adultez. El modelo de apego que las personas desarrollan en su infancia se aplica en todas sus relaciones futuras. Este incluye a parejas, hijos y compañeros de trabajo”.

La incertidumbre sobre la seguridad y el destino del migrante genera estrés constante en la familia. Los niños, en particular, pueden sufrir por la falta de información y claridad sobre la situación.

Según el Ministerio del Interior, en la migración irregular, los ecuatorianos enfrentan diferentes riesgos, entre ellos la desaparición y la muerte. En 2023, se registraron 12 desapariciones, el 42% ocurrieron en Panamá, en la selva del Darién, y el 33%, en México.

Hasta que el migrante alcance una estabilidad económica y envíe remesas, la familia sigue viviendo en condiciones de necesidad económica. “En muchos casos, algunos migrantes nunca logran estabilizarse ni enviar ayuda”, agregó Alexandra.

Para la psicóloga, quienes más sufren en la ruptura familiar son los más pequeños. Así, el impacto de la migración en los niños varía según su edad y las condiciones en las que se queden.

Fuente: Primicias.ec

“La relación con el cuidador que se hace responsable es fundamental. Si el niño queda al cuidado de alguien con quien tiene una relación fuerte y estable, su adaptación puede ser más positiva. Sin embargo, en algunos casos, los menores quedan a cargo de vecinos o personas ajenas. Esta situación aumenta su vulnerabilidad y los expone a un mayor riesgo de abusos”.

La docente asegura que los padres deben aprender a comunicar y manejar el duelo migratorio con sus hijos de manera adecuada. Así contribuirán a manejar de manera apropiada el impacto de la migración en las dinámicas familiares.

“Los niños pequeños tienen más dificultades para comprender la situación, mientras que los adolescentes pueden tener más recursos intelectuales para entender. Hay que hablar con claridad, explicarles la situación sin mentiras o engaños”.

Además, la experta menciona que el apoyo escolar también es fundamental. Las escuelas deben proporcionar adaptaciones curriculares y respaldo emocional a los niños en duelo migratorio.

La migración conlleva una serie de desafíos que afectan profundamente a los familiares, especialmente, al bienestar emocional de los niños. Reconocer estos retos y proporcionar el apoyo adecuado es esencial para que las familias los superen y se adapten a su nueva realidad.

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