En octubre de 1976, la Pontificia Universidad Católica del Ecuador Sede Ibarra abrió sus puertas. Se convirtió así en la primera universidad privada en las provincias de Imbabura, Carchi y Esmeraldas. Este año, la universidad conmemoró su 48.° aniversario con una serie de eventos que resaltaron su trayectoria y compromiso con la comunidad.

Las festividades comenzaron con la inauguración del segundo semestre de 2024, recibiendo a 600 nuevos estudiantes. A su vez, se realizaron encuentros deportivos amistosos, fomentando el espíritu de comunidad entre estudiantes y el personal universitario.

Uno de los eventos más destacados fue la sesión solemne del 29 de octubre en el Centro de Convenciones Fernando Rielo. Durante esta ceremonia, se reconoció a estudiantes y académicos destacados. Además, se realizaron las incorporaciones generales, con 463 nuevos graduados que se sumaron al servicio de la sociedad. Este acto marcó un hito en la historia de la PUCE Sede Ibarra, reflejando el esfuerzo de las familias y la calidad de su educación superior.

Desde su apertura, la PUCE Ibarra ha ampliado su oferta educativa en respuesta a las necesidades de la región. Inició en 1976 con la Escuela de Administración de Empresas y Contabilidad. Un año después, se sumaron la Escuela de Quichua y el Instituto de Lenguas y Lingüística. En 1978, se abrió la Escuela de Construcciones Civiles, precursora de las actuales carreras de Arquitectura e Ingeniería Civil. En los años siguientes, la universidad continuó creciendo, ofreciendo nuevas carreras como Diseño (1982), Ciencias de la Educación (1985) e Informática (1991).

Actualmente, la PUCE Ibarra cuenta con 15 carreras de grado, 7 tecnologías, 11 maestrías y más de 20 especialidades médicas. No solo se enfoca en la formación académica, sino también en la creación de líderes éticos y agentes de cambio. Nuestra sede es fiel a la enseñanza de que «nunca es suficiente una formación profesional sin formación del corazón».

Al cumplir 48 años, la PUCE Sede Ibarra reafirma su misión de formar profesionales íntegros y preparados para los desafíos del futuro. Sus logros y compromiso con la educación, la mantienen como un pilar de desarrollo social y educativo del norte del país, con proyección nacional e internacional.

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