En el marco de la campaña de apadrinamiento de animales que lleva a cabo el Zoológico de Quito, la Pontificia Universidad Católica del Ecuador hizo un aporte de 1.800 dólares, destinados especialmente para los dos osos andinos que habitan en este centro de rescate y tenencia de fauna silvestre.
“El oso de anteojos es para nosotros una suerte de símbolo de nuestra lucha por la conservación de la naturaleza. Estamos inspirados por la encíclica papal Laudato Si, que nos llama al cuidado de la casa común, al respeto, a la solidaridad con nuestras especies compañeras, con aquellas que tenemos una responsabilidad social y ecológica”, manifestó César Carrión, director de Comunicación de la PUCE.
Por su parte, Martín Bustamante, director del Zoológico de Quito, destacó que “el apadrinamiento que la Universidad Católica ha hecho a los osos nos ha ayudado a continuar con los chequeos anuales y los planes profilácticos de salud veterinaria, así como a implementar nuevas áreas para el cuidado diario de estos animales”. Además, recalcó que el apoyo a los osos también significa respaldar todo el trabajo que el departamento de bienestar animal lleva a cabo por las especies que se refugian en el Zoo y de las que llegan debido al tráfico ilegal.
César Carrión acotó que para la PUCE “es muy importante el trabajo que está haciendo el Zoológico de Quito, y entendemos que al apoyar a los osos andinos también estamos colaborando con el trabajo que hacen tan bien todos los personeros de esta organización, por la concienciación para toda la sociedad, respecto a la conservación de la fauna”.
El oso andino es una de las especies de fauna silvestre con mayor prioridad para su conservación en el Ecuador. Por eso existe el Plan de Acción enfocado en ese propósito, el cual reúne estrategias fomentadas desde el Ministerio de Ambiente y Agua y del Grupo de Especialistas del Oso Andino del Ecuador.
Dentro de este plan, existe el eje de trabajo “Ex Situ” que involucra las acciones de zoológicos y centros de rescate con osos, donde, a más de garantizarse la atención médica eficaz y manejo adecuado de los individuos que refugian, también se trabaja en “contribuir para los procesos de rescate, rehabilitación y liberación de estos animales cuando pueden volver a su estado natural”, explicó Martín Bustamante, y añadió que también “fortalecemos líneas de investigación que nos ayudan a mejorar el manejo de cada uno de los osos, pero también para constituir una reserva genética esencial para el futuro”.
En el Zoo de Quito viven dos osos de anteojos ancianos, uno que bordea los treinta años, identificado como “Pablo”, que llegó desde el antiguo zoológico que funcionaba en el Colegio Militar de Quito, y “Suro”, que tiene alrededor de dieciocho, que arribó hasta este centro de rescate después de ser hallado en situación de vulnerabilidad, junto al cadáver de su madre que habría sido víctima de cacería. Ambos necesitan supervisión médica permanente para mantenerse sanos y con bienestar.
La campaña de apadrinamiento de animales que viven en el Zoológico de Quito es una iniciativa actualmente activa, destinada, aparte de los dos osos andinos, al jaguar, oso hormiguero, mono araña, águila monera, caimán, tapir y mono tití. Las personas o instituciones interesadas en ser madrinas o padrinos, pueden registrarse en el siguiente enlace: https://forms.gle/D1Ub1bPdnEULErAi8
Fuente: Zoológico de Quito