La universidad debe ser un espacio donde los miembros de la comunidad puedan desarrollar su proyecto de vida. Esa es la perspectiva del Dr. Juan Pablo Salgado, nuevo vicerrector de Investigación, Innovación y Vinculación de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE). Él se suma al proceso de transformación educativa.

Juan Pablo cuenta con más de 22 años de trayectoria profesional. Se ha desempeñado en diversas funciones relacionadas con: educación, investigación, planificación y política pública. Además, es promotor del ecosistema de investigación, innovación y emprendimientos del Ecuador. Asimismo, tiene una amplia experiencia en la dirección de instituciones académicas, trabajó en la Universidad Politécnica Salesiana.

Con este cargo se suma a liderar los procesos de transformación que vive la PUCE. Asume el reto con pasión por la universidad y la educación al servicio de la comunidad. En esta entrevista, el vicerrector comparte su perspectiva del nuevo modelo educativo de la PUCE.

¿Cómo entender el nuevo modelo educativo de la PUCE en la investigación? 

La PUCE se ha transformado mucho estos últimos años; no es de hoy. El modelo educativo es una apuesta por seguir transformándose en beneficio de los jóvenes.  

Es un modelo centrado en la persona y en su desarrollo integral. En ese sentido, desde la investigación apostamos por la producción de un conocimiento que sea pertinente, relevante y transformador del territorio. La investigación es el motor de la universidad para producir conocimiento. Un centro de educación superior que no investiga, no tiene nada que enseñar. Entonces, la universidad debe responder al descubrimiento y a la búsqueda de la verdad.  

Foto: El Dr. Juan Pablo Salgado es el nuevo vicerrector de Investigación, Innovación y Vinculación de la PUCE.

La transformación que está ocurriendo en la PUCE apunta a refrescarla.  A la luz del planteamiento claro de la doctrina social de la Iglesia católica. En este caso del Papa Francisco, que lo ha expresado en la encíclica Laudato si’ y el Pacto Global por la Educación.  

Juan Pablo, ¿cuál es su perspectiva de la transformación? 

Como mencioné, la universidad es un gestor de conocimiento. La transformación consiste en buscar mecanismos para que ese conocimiento sea pertinente, relevante y capaz de generar un cambio social. La universidad no puede convertirse en un elefante blanco, en una torre de marfil aislada, mirándose a sí misma. 

Buscamos una formación integral. Queremos potenciar las capacidades de los estudiantes para que, cuando salgan al mundo, sean siempre innovadores. Es decir, que los estudiantes vayan más allá de las aulas, entiendan, comprendan, aprendan y produzcan conocimiento vinculado al territorio. El propósito es que el estudiante sea justo con la sociedad y consigo, para que actúe éticamente y transforme la sociedad. 

En la praxis, el modelo educativo tiene que asentarse con acciones concretas. Por ejemplo, que los jóvenes participen en grupos de investigación y sean capaces de plantear problemáticas sociales, de investigación e innovación. Además, que puedan utilizar todos los recursos de la PUCE, como bibliotecas, plataformas, laboratorios y espacios lúdicos para ser protagonistas de su propio itinerario formativo. 

En otras palabras, que su itinerario de vida se vuelve formativo. El estudiante cuando ingresa a la universidad, se juega su proyecto de vida. Entonces todo debe girar alrededor de su proyecto de vida.  

En ese proceso, ¿cuál es la visión nacional y qué papel tienen las sedes?

Como PUCE nacional tenemos una riqueza impresionante por la cobertura de la Amazonia, la Sierra y la Costa. No puede ser que cada unidad reaccione solamente viendo su territorio. Es fundamental, pero no suficiente.  

Es necesaria una integración y una incidencia de alcance nacional. Deberemos gestionar que los investigadores de las distintas sedes compartan conocimientos y recursos. Además, es preciso que los profesores y los estudiantes de las sedes pueden aprovecharse de las bondades de las otras sedes. Es decir, que los alumnos de Manabí puedan valerse de la estación del Yasuní o de los laboratorios que están en Quito.  Buscamos ser vasos comunicantes que hagan de la PUCE una institución que tenga una incidencia significativa en la sociedad ecuatoriana. 

¿Cuáles son las estrategias para continuar con la transformación? 

Cuando uno quiere caminar, debe abrirse.  El que quiere vivir seguro y que nadie le toque, puede encerrarse en una cárcel, eso significa reducir tu capacidad de desarrollo. Podemos tener incertidumbres, pero no podemos cerrarnos. Hay que abrazarla, caminar con ella y ver qué nos enseña. 

Mi presencia en la PUCE es prácticamente nueva, pero identifico una dinámica, un interés y una apertura a la novedad. Veo un amor profundo a la PUCE. Aquí todos hablan de la PUCE como su casa, lo cual representa un valor impresionante. Nos sentimos comunes en esta casa y en los desafíos 

La primera estrategia que hemos definido en investigación es generar comunidad. Para ello, los principales desafíos son:

  • Intercambiar conocimientos.
  • Compartir proyectos de investigación entre distintas áreas de conocimiento con derroteros claros.
  • Vincular a los estudiantes y a la comunidad en los proyectos.  

Por otro lado, necesitamos que los conocimientos que generamos tengan un impacto certero en la sociedad.  Eso implica una vinculación con la sociedad, en la que el conocimiento transforme de esas transformaciones sociales. 

Profundizando en la investigación, ¿cuáles son los desafíos que encuentra? 

La investigación en la PUCE tiene un alto nivel de especialización. No obstante, esta hiperespecialización puede llevar al aislamiento. 

El segundo aspecto clave es la transdisciplinariedad. Es esencial promover la colaboración entre diferentes disciplinas para generar innovaciones y valorar el conocimiento del territorio. Para lograr esto, requerimos potenciar el trabajo de los grupos de investigación y vinculación, además de estrategias específicas de relaciones internacionales. Al mismo tiempo, buscaremos una vinculación concreta con la sociedad, proporcionando conocimientos innovadores mediante la transferencia y valorización del conocimiento. Proponemos que la PUCE se abra a la sociedad y acepte sus aportes. 

Los procesos y mecanismos estarán centrados en las personas y en un modelo de gestión del conocimiento que las apoye. 

Existen universidades que tratan la producción de conocimiento como una línea de producción para generar eficiencia. A diferencia de ellas, nosotros nos enfocamos en las personas y su capacidad de crear conocimiento colectivo. Este enfoque requiere mecanismos diferentes a los de la era industrial y una apuesta por la gestión del conocimiento.

Estos pasos novedosos en la investigación no deben asustarnos, sino motivarnos. Trabajar en grupos y proyectos que nutren nuestras vidas y formación será revitalizante para la universidad en sus 75 años. Este proyecto trasciende a las personas. 

En una universidad católica como la PUCE, lo central es construir un proyecto de vida socialmente responsable. ¿Tienes una comunidad a tu alrededor? Todo lo que hagas afectará a los demás, tanto en su trabajo como en su bienestar, entonces debemos abrazar el lema de «trabajo y cuidado». Partiendo de esta premisa, te vinculas con grupos para construir la universidad desde la base. En una sociedad como la actual, permeada por el individualismo, vivir un proyecto de vida socialmente responsable ya es, en sí mismo, transformador.  

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