“Son gobiernos y candidatos los que contratan estos servicios. Te dicen: yo necesito apoyo en redes sociales para dos cosas, 1. subir mi aceptación y 2. bajar la popularidad de mis oponentes”. Así relata el inicio de las estrategias de desinformación, a favor de la política, un joven ecuatoriano a quien llamaremos ‘Andrés’, pues pidió que se ocultara su identidad. ‘Andrés’ firmó una cláusula de confidencialidad con una empresa de marketing político con la que trabajó.

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