El experto responde
Francisco Jaramillo Tejada
Psicólogo Clínico. Director del Centro de Psicología Aplicada de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE)
Hace aproximadamente dos meses Ecuador volvió a la presencialidad en los colegios, universidades, instituciones y algunas empresas privadas. Sin embargo, tras dos años de encierro y de tener otra dinámica de trabajo y de estudio esta nueva modalidad no ha sido fácil. Por eso, nuestro experto responde: ¿Cómo vivir el regreso a la presencialidad a la universidad?
Son procesos que se deben vivir. No hay como saltarlos, no hay como eludirlos. Se va a pasar por esta etapa, no necesariamente en un tiempo cronológico sino más bien un tiempo lógico
Aún estamos usando las mascarillas, esto todavía es un limitante dentro de la interacción social. En algún momento nos retiraremos las mascarillas. Por ahora, ya no estamos dentro de una fase virtual sino en una fase presencial. No se trata de saltarse sino más bien de vivirlas y ver como cada una de las personas las supera.
Los universitarios estuvieron encerrados durante dos años. La consecuencia al salir al mundo ha sido que enfrenten sus frustraciones. Ahora se están destapando, quieren vivir más intensamente. Notamos comportamientos extremos, mayor consumo de alcohol y de drogas incluso.
A los jóvenes hay que darles alternativas. Las universidades puedan brindar otros tipos de espacios además de los estudios. Pueden ser espacios artísticos, deportivos, de recreación. Esa definitivamente es una manera de que ellos se vayan sintonizando, que ellos vayan encontrando que es lo que realmente quieren por este momento. Prohibirles tajantemente los desbordes que están viviendo no creo tenga los mejores resultados.
A lo mejor los centros de estudios puedan propiciar estos espacios, sociales, culturales y deportivos que ayudan a re direccionar esta energía que estaba reprimida hacia otro tipo de acciones y actividades mucho más productivas.
¿Por qué es difícil volver a las actividades presenciales?
Es una etapa de transición importante. Definitivamente, fue algo suigeneris, algo nunca visto para los estudiantes tanto a nivel de escuelas, colegios y universidades. Dentro de las universidades, los estudiantes están viviendo una situación que no es fácil para ellos. Vivieron por dos años confinados en casa, recibiendo clases virtuales y ahora el regreso a la presencialidad les cuesta mucho.
Por ejemplo, en cuestiones tan simples como el horario de ingreso a clases. Yo tengo clases a las 07:00 con tres cursos y veo que los jóvenes tienen una gran dificultad para sintonizarse y estar despiertos. Algún estudiante en broma me decía: “Vea profe nosotros recibíamos las clases en pijama. Ahora tengo que madrugar y estar aquí trabajando con usted”.
Vamos a tener situaciones favorables como desfavorables dentro de esta transición. Algunos autores hablaban delque era cuando los estudiantes y las personas tenían que vivir ahí en confinamiento, tenían que estar ahí encerrados recibiendo clases o trabajando desde su casa. Todo cambio y toda transición implica momentos críticos dentro de la vida de cada una de las personas.
Muchos de ellos vivieron la transición del colegio a la universidad virtualmente. Quizás para ellos sea más fácil regresar a la presencialidad, pero para los que terminaron su carrera en la virtualidad e hicieron sus prácticas profesionales así, seguro es más difícil.
¿Cuánto tiempo va a tomar la transición?
No puedo decir un tiempo exacto, pero considero por lo menos este semestre vamos a vivir ese acoplamiento a la presencialidad, no solo para los estudiantes, sino también para los docentes, personal administrativo y el mundo en general. Es más, podríamos decir que se está viviendo una etapa híbrida.
El tema de la virtualidad no va a desparecer del todo, sino que algunas de las actividades que se puedan hacer virtualmente probablemente algunas personas, docentes, y estudiantes sigan haciendo bajo esta modalidad.
¿Los estudiantes tenían la misma capacidad de aprendizaje en las clases virtuales?
El hecho de no salir y no tener espacios diferenciados, así como, de que su casa o su cuarto se convirtió en su salón de clases, definitivamente no permitía la misma capacidad de atención. Ahora, en muchos casos sienten que se les quitó la comodidad.
Un claro ejemplo es que los estudiantes ahora tienen que asistir a clases, con lo que existen normas más marcada como no estar en los celulares, lo que si sucedía cuando estaban en casa, escuchaban música, chateaban con sus amigos, en fin, estaban en otra actividad.
Algunos estudiantes me lo dijeron directamente: “Profe mientras yo recibía clases, estaba en el gimnasio. Solo veía la pantalla y mientras tanto corría o trotaba”.
Tener que poner atención en un solo lugar, por supuesto, que implica un montón de cambios.
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