La arqueología es como intentar armar un rompecabezas al cual siempre le falta alguna pieza. Una que está perdida y no se deja encontrar. Cuanto más te acercas a la pieza esquiva, encuentras nuevas fichas e historias. Es un ciclo sinfín, una búsqueda perenne entre la aventura y el misterio.
Para el Mgtr. Pablo Quelal, esta dinámica es todo menos tediosa. Es su verdadera pasión. «Siempre me gustó descubrir cosas», confiesa el exestudiante de Arqueología de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE). Cada hallazgo es una ventana a una sociedad y tiempo que ya no existen.
Lo encuentro en la biblioteca, recogiendo las cosas de una mesa. Me llama la atención su paciencia al hablar, como si cada palabra estuviese coreografiada. Actualmente, es docente en la carrera de Arqueología. Me comenta que las cosas han cambiado, que ahora los estudiantes tienen muchas más herramientas en la Facultad de Ciencias Humanas.
El origen de la pasión
Desde la secundaria, me interesaron las distintas culturas prehispánicas, los mexicas, mayas e incas. Eso despertó mi curiosidad por la arqueología. Siempre me apasionó descubrir cosas nuevas.
Sin embargo, decidirme por estudiar Arqueología fue un proceso. Dudaba un poco, como es normal, pero me atraía la idea de desentrañar el pasado. Me preguntaba si seguir Historia o Arqueología, y, finalmente, opté por esta última.
Hoy en día, Arqueología es una licenciatura que ofrece la PUCE. No obstante, cuando Pablo estudió la licenciatura era en Antropología con mención en Arqueología. Esa combinación fue la que le permitió decidirse.
¿Cómo fueron tus días en la facultad?
Mientras otras carreras, como Administración de Empresas o Medicina, tenían muchos alumnos, nosotros éramos pocos. Eso nos permitió tener una formación más práctica.
Al principio, existía ciertas limitaciones No había muchos especialistas en el país. La práctica fue valiosa, nos permitió aprender directamente en excavaciones. La experiencia fue enriquecedora. Después de que me gradué, he visto cómo la carrera ha crecido y mejorado.
El quehacer del arqueólogo
Ya en el imaginario, tenemos muy presente la imagen de Indiana Jones, con las momias y los tesoros descubiertos. Entre fantasías, algo de realidad tiene. Cuéntanos ¿a qué se dedica un arqueólogo?
Nos encargamos de estudiar la diversidad humana en el pasado. La antropología aborda todos los aspectos de la humanidad, como la psicología, la religión, la arquitectura y la economía. En el caso de la arqueología, estudiamos el pasado a través de la cultura material, que es nuestro principal soporte para la investigación.
Lo que vemos en los museos, principalmente, son muestras de cerámica, figuras, recipientes y piedras, materiales que perduran en el tiempo. Analizamos estas huellas del ser humano para entender mejor las sociedades antiguas y su diversidad cultural.
Mientras habla, pienso en todos los detalles que conoce. “La arqueología siempre estará incompleta”, me dice Pablo con una sonrisa. ¿Cómo es eso, explícame más?
Personalmente, ya he hecho las paces con esta realidad. Nunca tendremos un cuadro completo, ya que las sociedades que produjeron esos materiales y símbolos ya no existen tal como eran.
El interés inicial que me motivó era descubrir el significado de ciertos diseños o figuras. Sin embargo, es muy difícil lograrlo porque la cultura que los creó ha cambiado o desaparecido. Los símbolos actuales, como una estrella en una bandera, tienen contextos y referencias. Mientras que, los símbolos del pasado requieren que extraigamos toda la información posible de los vestigios materiales y su iconografía.
Debemos aprovechar al máximo lo que tenemos para entender esas sociedades y sus significados, aunque nunca logremos una comprensión completa. Por eso, es posible que la arqueología esté en constante renovación.
Arqueología: entre los museos y la investigación
El magíster Quelal confiesa que la investigación y la academia son los principales campos laborales de un arqueólogo. Un profesional se puede dedicar a investigaciones puntuales, gestión de colecciones, consultorías sobre temas patrimoniales, incluso, puede enfocarse en estudios de peritaje y salvamento de patrimonio arqueológico.
Además, puede trabajar en la gestión de las colecciones privadas y los museos.
Ya en la práctica, ¿cuál ha sido tu experiencia con los museos?
Uno de mis enfoques es la iconografía prehispánica, los símbolos que presenta el arte prehispánico. En el país, este campo está ligado al coleccionismo, porque muchas de las piezas más valiosas y representativas pertenecen a museos o coleccionistas. Para acceder a ellas y estudiar sus representaciones, especialmente las de aves en mi caso, tuve que involucrarme más con los museos.
Mi experiencia incluye la gestión de colecciones, la mediación educativa y la investigación. He trabajado en museos como el Museo Weilbauer de la PUCE y el Museo Antropológico Antonio Santiana (MAAS) de la Universidad Central. Mis tareas han abarcado desde la conservación y el inventario hasta la mediación con el público y la investigación.
Muchas veces, las colecciones estaban desorganizadas. Entonces, parte de mi trabajo consistía en catalogarlas y entender mejor lo que se tenía, antes de estudiarlas a fondo. Esta experiencia me ha permitido profundizar en el análisis y la organización de las colecciones.
Luego de realizar su licenciatura en Arqueología, el magíster Quelal cursó varios estudios complementarios. La especialización superior en Museos y Patrimonio Histórico, en la Universidad Simón Bolívar del Ecuador. Después, estudió una maestría en Arqueología en la Universidad de Lisboa.
Arqueología en la PUCE
Actualmente, trabaja como docente en la PUCE. ¿Qué es lo que más destacas de la formación que recibiste en la PUCE?
Después de más de 10 años, volví a las aulas. Ahora como docente. La formación en la PUCE fue muy rigurosa, se enfocó en la investigación académica y científica. La universidad es reconocida por eso.
Muchos de mis colegas continuaron sus estudios en el extranjero o en programas de doctorado gracias a la sólida formación que recibimos aquí. Varios de ellos han conseguido becas internacionales, destacándose en la investigación científica, arqueológica y antropológica.
Otro aspecto que destaca es el diálogo que tiene la arqueología con otras disciplinas. El enfoque actual de la carrera es multi e interdisciplinar. Los estudiantes pueden explorar el acercamiento entre la arqueología y la biología o la geología.
¿Te pareció interesante? Conoce más sobre la carrera en este link. Recuerda que la PUCE fue la primera universidad que abrió una Facultad de Ciencias Humanas en el Ecuador.
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