El Experto Responde
Emilio Salao
Psicólogo clínico, terapeuta del Centro de Psicología Aplicada y encargado de vinculación e investigación
Según el psicólogo clínico Emilio Salao, tras el terremoto del 16 de abril del 2016 en Manabí, el Centro de Psicología Aplicada (CPsA) de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador (PUCE) desarrolló una metodología para intervención en desastres.
Por una parte, implica la intervención con los Primeros Auxilios Psicológicos (PAP) en la fase de emergencia y por otra, la intervención en las etapas posteriores al desastre, por ejemplo, los procesos de reconstrucción que para el CPsA es reconstrucción, psicosocial, es decir psíquica, familiar, comunitaria y pública.
Los PAP son estrategias clínicas que tratan de evitar el colapso emocional o desborde psíquico, la impulsividad (reacciones sin nuestra consciencia) y la violencia ocasionadas por un evento adverso (accidentes, asaltos, desastres naturales, etc.).
Actualmente, con los PAP se busca apoyar a quienes estuvieron relacionados con la tragedia ocurrida en La Comuna, barrio del noroccidente de Quito, el 31 de enero de 2022. EL CPsA está atendiendo a través de PsicoEsucha PUCE y con intervención directa.
Esta intervención psicológica es importante porque permite que la persona afectada enfrente progresivamente la situación que vivió y pueda recuperar su salud emocional.
Los primeros auxilios psicológicos sirven tanto para los afectados directos del evento adverso como para los actores de primera línea como rescatistas, médicos y enfermeras. Es fundamental pensar en todos los actores en una situación de desastre.
¿Cuándo se deben dar los PAP?
Los PAP suelen utilizarse en los primeros días del evento traumático. Tras analizar la situación se decide cuál es el mejor momento de la intervención y cuál es la estrategia psicológica más apropiada.
En el caso de un desastre natural, es aconsejable seguir los parámetros y protocolos establecidos de intervención que dicte el organismo encargado de manejar el desastre, con el fin de no entorpecer el proceso de rescate.
Además de los PAP en desastres, una responsabilidad grande y difícil, es sostener los procesos posteriores. Por ejemplo, en el caso del terremoto de Manabí, nosotros como CPsA nos hemos quedado 5 años trabajando en el proceso de reconstrucción social.
En este escenario se han realizado proyectos de articulación académica, vinculación e investigación, lo que nos ha permitido participar de estos procesos sociales y conocer lo que se necesita en una intervención de emergencia.