Creer en la voz joven como motor de cambio fue el punto de partida de los Talleres de Diálogo Juvenil. La iniciativa fue liderada por estudiantes de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador – PUCE, en conjunto con la Secretaría de Educación, Recreación y Deporte del Distrito Metropolitano de Quito. El proyecto llevó debates sobre democracia, derechos, empleo y participación ciudadana a las aulas de la Unidad Educativa Municipal Antonio José de Sucre.

La iniciativa fue liderada por Thomás Flores, estudiante de tercer semestre de la carrera de Economía y presidente del Club de Negociación y Formación Diplomática de la PUCE, junto a un equipo estudiantil conformado por Agustín Vázquez, Thaís Vera y otros integrantes del club.

El proyecto nació como un plan piloto, impulsado directamente por los jóvenes universitarios, con el objetivo de democratizar la información y promover una mirada crítica y constructiva sobre la realidad política, económica y social del país.

Durante cuatro semanas alrededor de 168 estudiantes de seis cursos de tercero de bachillerato participaron en los encuentros.

Los talleres abordaron cuatro módulos clave:

  • empleo juvenil,
  • importancia del voto joven (16 a 18 años),
  • democracia y participación juvenil y
  • derechos juveniles.

Previamente, los integrantes del club recibieron capacitación especializada por parte de docentes de la PUCE de las áreas de Derecho, Economía y Arquitectura para luego replicar estos conocimientos en el colegio bajo la metodología de “jóvenes formando a jóvenes”.

“La aceptación fue mucho mayor de la que esperábamos”, destacó Thomas. “Al ser un proceso de jóvenes para jóvenes, se generó mayor cercanía, confianza y participación. Los estudiantes no solo escucharon, sino que debatieron, reflexionaron y se animaron a expresar sus opiniones sobre temas que muchas veces sienten lejanos”.

Uno de los momentos más significativos del proyecto surgió durante el cierre de los talleres, cuando un estudiante compartió su aspiración de convertirse en tomador de decisiones y promover mayor inversión pública en educación y alfabetización. “Escuchar a un joven decir que quiere incidir en las decisiones del país nos recordó por qué este tipo de iniciativas son necesarias”, señaló Thomás.

Empoderar a la juventud resulta clave en un contexto regional caracterizado por una alta proporción de población joven. “Muchas veces nos quejamos del entorno, pero no actuamos para transformarlo. Que los jóvenes asuman la responsabilidad de informarse, participar y opinar es fundamental para el desarrollo democrático”, afirmó.

Los Talleres de Diálogo Juvenil se consolidan como una experiencia formativa de impacto social y proyectan su réplica en otras instituciones educativas, así como el avance hacia la firma de un convenio que garantice su continuidad. Una muestra de cómo el liderazgo estudiantil, articulado con la academia y el sector público, puede abrir espacios reales de participación y construcción de ciudadanía desde las aulas.

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