La Semana Santa es la celebración más importante del calendario litúrgico. Del 24 al 30 de marzo de 2024, los creyentes católicos vivirán la festividad que conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Esta celebración religiosa es de gran importancia en la vida de muchos feligreses, especialmente, en países de tradición cristiana. Pero, ¿qué es la Semana Santa y cómo deberíamos vivirla?
El doctor Carlos Ignacio Man Ging, S.J., decano de la Facultad de Ciencias Filosófico – Teológicas de la PUCE, , profundiza en la importancia de esta semana sagrada.
¿Qué es la Semana Santa?
La Semana Santa o Semana Mayor es un tiempo especial para acompañar a Cristo en el camino hacia la Cruz. Junto a Él, vivimos el vía crucis.
El sufrimiento por la pandemia, el desempleo, las enfermedades, los desastres naturales, el olvido de los ancianos o el abuso de niños y jóvenes es parte del vía crucis actual. Estos factores nos invitan a tomar la Cruz y compadecer el dolor del otro.
Llevar las cargas propias o ajenas nos permite ser mejores personas y encontrar el sentido profundo de la existencia.
Semana Santa también es resurrección. La Cruz es la puerta de la resurrección. Pasar a través de la Cruz nos purifica, es como caminar de la oscuridad a la luz.
La vigilia de la Pascua es justamente eso, esperar la luz con la resurrección de Cristo. Si garantizamos una resurrección profunda, estableceremos la alegría de ser cristianos. Asimismo, viviremos convencidos de la fe, la esperanza y la caridad.
Desde la espiritualidad, ¿cómo se debería vivir la Semana Santa?
Tradicionalmente, la Semana Santa se ha vivido como una fecha de recogimiento. Es un tiempo de prestar atención a la presencia de Dios en el alma. Es el momento de retirar la mente de los asuntos terrenales para atender a Dios y a las cosas divinas.
Estas fechas nos convocan a pedir a Dios misericordia. Asimismo, nos invitan a tener discernimiento y a buscar la voluntad de Dios. Por otro lado, el camino sinodal emprendido por la Iglesia nos enseña a vivir la espiritualidad con amor, fraternidad y confianza. Esto no solo durante la Semana Santa, sino siempre.
Otra forma de vivir la Semana Santa es a través de la misión y el servicio. Los jóvenes, por ejemplo, tienen un espíritu alegre y servicial. Visitar enfermos, acudir al necesitado o dar de comer al hambriento. Estas son situaciones que nos permiten compartir la fe y vivir la espiritualidad con la gente.
¿Cuáles son esas costumbres olvidadas en Semana Santa?
Ya no se frecuentan las iglesias. Igualmente, antes, la televisión ofrecía únicamente programas religiosos durante la Semana Mayor. En los cines, se proyectaban películas como Los diez mandamientos, El vía crucis y otras sobre la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Hoy, ya no es así
Semana Santa era una época de profundo respeto y vivencia espiritual. Sin embargo, con el tiempo, estas cosas han cambiado. La gente ve lo que quiere en redes sociales e Internet. Igualmente, para muchos, esta semana se convirtió en fiestas y viajes a la playa.
Con el fomento del turismo, nos olvidamos de que la Semana Santa es un momento de reflexión. Descansar no está mal, pero hay que recordar que esta época es especial para avivar nuestra fe en familia y comunidad.
Si los niños ven que Semana Santa se vive sin ningún respeto, ellos crecerán pensando que es un feriado más. Los valores y tradiciones no pueden desaparecer, hay que fomentarlos y cultivarlos.
¿Fomentar la vivencia de la Semana Santa es un papel solo de la iglesia?
No es un papel solo de la iglesia. Avivar la Semana Santa nos compete a todos. Podemos hacerlo a través de la cultura, el arte, la música y la unión familiar. Todos cumplimos una función significativa en la Semana Mayor.
Por ejemplo, las expresiones artísticas son importantes para fomentar la vivencia de la Semana Santa. Varios templos se preparan con música, danza, procesiones, obras teatrales y otras actividades que permiten revivir el padecimiento de Cristo.
En muchos lugares, estas representaciones son una parte esencial de la tradición y la identidad local. Todas estas manifestaciones religiosas pueden dar un nuevo valor y sensibilidad a la sociedad actual.
De manera similar, las familias podrían aprovechar este tiempo para compartir y disfrutar de la gastronomía típica de la época. Por ejemplo, de la tradicional fanesca, los higos con queso, el molo y más. El convivir es parte de la Semana Santa.
Padre, ¿algún mensaje final?
No pierdan la fe, la esperanza ni la caridad. Si sus hijos o nietos no frecuentan los temas religiosos, manténganse animados por lo que han sembrado en ellos desde niños. La semilla en algún momento dará frutos.
Seguramente, el Espíritu, que es el que anima la vida de los cristianos, removerá hasta los más duros corazones. De allí saldrá algo nuevo con gran sentido espiritual, que es la fe y esperanza. Finalmente, mi deseo es que vivan estas fechas en amor.
Actividades PUCE por Semana Santa
La PUCE Matriz Quito a través de la Dirección de Identidad y Misión (DIM) realizará diversos eventos orientados a rescatar y vivir las tradiciones religiosas de la Semana Santa.
La DIM hace un llamado a vivir la espiritualidad de manera distinta. Esta fecha es un tiempo de oración, conversión, reflexión y servicio.