Pensar en Josué, Nehemías, Ismael y Steven puede provocar fácilmente escalofríos. El caso de los cuatro de la Malvinas, cuyos restos fueron encontrados el 24 de diciembre de 2024, causó gran conmoción en la sociedad ecuatoriana, demostrando la fragmentación del tejido social.
En su memoria, se han realizado marchas, plantones, conversatorios y actividades que buscan justicia y verdad para los jóvenes y en casos similares. Actualmente, 16 militares de las Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) permanecen en prisión preventiva mientras avanza la investigación por la desaparición forzada de los adolescentes.
Sin embargo, el caso está cargado de irregularidades desde el inicio. Pero, con el paso de los días, entre el ruido del scroll infinito, las campañas electorales y la rutina diaria, la indignación colectiva parece desvanecerse, dejando tras de sí el riesgo de la impunidad.
Para que permanezca, la memoria social necesita de dispositivos que constantemente nos recuerden lo que pasó para que no se repita. Así lo explica el PhD Francisco Morales, especializado en Sociología de las Emociones y docente de la Facultad de Ciencias Humanas.
Sufrir como sociedad
Francisco explica que el caso de los cuatro de las Malvinas es especialmente doloroso por algunos aspectos. En primer lugar, por el contexto en el que ocurrió el hecho, pues se trataba de cuatro adolescentes que estuvieron jugando y, luego, fueron detenidos forzadamente por militares al momento de ir a comprar pan, en una zona de Guayaquil.
El hecho quedó registrado en un video que muestra cómo los adolescentes fueron golpeados en una camioneta por militares, en medio de un estado de militarización. Sus cuerpos fueron encontrados en el cantón Taura. Era el cierre del segundo año más violento en la historia del Ecuador, según Insight Crime .
Además, este caso pone a prueba nuestra ética como sociedad. Los límites entre lo correcto y lo incorrecto son esenciales. Desde lo político, en su sentido más amplio, este caso nos enfrenta con preguntas sobre el orden y la sociedad que deseamos construir.
Cuando se traspasan los límites establecidos socialmente, emergen emociones como la ira, el dolor y la indignación y, en muchos casos, la rabia. Son estas emociones las que nos suelen impulsar a exigir justicia.
El problema del “relativismo ético”
Francisco considera muy complejo cuando algunas voces intentan justificar un hecho atroz bajo argumentos como que “eran delincuentes” o “para qué estaban en la calle a esa hora”. Estas ideas culpabilizan a los adolescentes de Las Malvinas y a sus cuidadores y deslindan de responsabilidad a los militares.
“Llegar a estas justificaciones requiere un proceso emocional de deshumanización, es decir, un esfuerzo por evitar sentir empatía hacia ellas. Sin embargo, suprimir esa empatía no es sencillo, ya que genera un conflicto interno. Además, este problema no puede ser analizado sin considerar los profundos desafíos sociales que enfrenta Ecuador como el racismo arraigado históricamente.
Esto también pone sobre la mesa un debate profundo: el alcance de los derechos humanos. En la actualidad, se discute si los delincuentes deberían tener derechos. Este tipo de eventos lamentables nos recuerdan que no podemos renunciar a estos principios fundamentales. Si aceptamos que los derechos humanos son relativos, es decir, que algunos los tienen y otros no, entramos en un peligroso terreno. Este relativismo ético cuestiona los valores básicos que sostienen nuestras sociedades democráticas y abre la puerta a una peligrosa arbitrariedad”, comenta.
Los cuatro de las Malvinas: no es un caso aislado
Lastimosamente, este no es el único caso de desaparición forzada registrado en el país en los últimos años. Entre 2023 y 2024 se han presentado 28 denuncias por este delito, denotando excesos y abusos de las Fuerzas Armadas. Esto según datos de la Fiscalía General del Estado.
En el caso de Josué, Nehemías, Ismael y Steven los familiares y medios independientes fueron determinantes para que se alcanzara una mayor difusión e impacto. Francisco considera que hay dos elementos claves para entender el impacto del caso. El primero es el video, donde se ve a los adolescentes en la parte trasera de la camioneta y son golpeados por los militares. Este archivo permite que las personas empaticen mucho más.
Por otro lado, se trataba de adolescentes que estaban jugando fútbol. A esto se suma el papel de medios de comunicación que compartieron las vidas de los jóvenes, sus historias y las de sus familias.
“Este caso genera una profunda indignación, especialmente por la injusticia que rodea la muerte de niños inocentes. El momento de mayor impacto ocurrió durante el feriado, primero con la difusión del video, que generó una fuerte reacción inicial. Posteriormente, la noticia alcanzó su punto álgido cuando se confirmó el hallazgo de los cuerpos y se supo que, efectivamente, las víctimas eran niños. Estos fueron los momentos clave en los que la noticia tuvo mayor repercusión”, señala Francisco.
Cuatro de las Malvinas: ¿cómo evitar que se repita?
La memoria es una herramienta que tenemos como sociedad para evitar que hechos como Las Malvinas se repitan. Además, cada sociedad debe generar mecanismos para fortalecer el tejido social.
Las manifestaciones, de los plantones, charlas y otras actividades en solidaridad con los familiares, son muestra de esos mecanismos. Asimismo, son cuestionamientos directos al Estado como “algo que no estamos dispuestos a tolerar”.
«El recuerdo de lo sucedido, de la violencia cometida y de las injusticias vividas no surge espontáneamente. Es necesario un esfuerzo colectivo para mantener viva esa memoria. El ámbito educativo desempeña un papel crucial: incluir estos temas en los programas escolares permite que las nuevas generaciones comprendan lo ocurrido.
Un problema central es que, cuando estos eventos dejan de estar en los titulares, la memoria colectiva puede desvanecerse rápidamente. Mientras las familias y los afectados directos nunca olvidan, a nivel social el recuerdo puede diluirse hasta quedar limitado a un pequeño grupo de personas. Por ello, mantener viva la memoria colectiva requiere un esfuerzo coordinado y constante desde los medios, las instituciones y la sociedad civil.
Recordar no es solo un acto simbólico; es una herramienta para evitar que las tragedias del pasado se repitan. Cuando no se trabaja en mantener la memoria, se corre el riesgo de caer en los mismos errores», concluye el experto.
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