Kings Café Catering es un emprendimiento de esta corporación. Otros han abierto locales de comida. Fotos: Esteban Baus.

A la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) llegan uniformados, con camisetas, bufandas y gorras amarillas y negras, además, luciendo coloridos collares con cruces. Los Latin Kings son los estudiantes de edades más diversas en el campus, tienen entre 16 y más de 40 años. En la PUCE se capacitan los reyes y reinas.
El día de la entrevista más de cien integrantes de la Corporación de Reyes y Reinas Latinas del Ecuador se agrupan cerca de la Facultad de Ingeniería. Su nivel de organización asombra. Solo es necesario que uno de los líderes dé una disposición para que actúen como si fueran alumnos, se encolumnan y lo siguen. No preguntan nada, ejecutan la instrucción.

Integrantes de la Corporación de Reyes y Reinas del Ecuador, en el campus.
Desde el 2014, los reyes y reinas reciben talleres y cursos de capacitación en la PUCE. Clases de Gastronomía, Serigrafía, Manualidades, Nutrición, Prevención del cáncer, Actuación y Psicología han sido algunas de las alternativas.
Uno de sus hermanos, Óscar Fernández, llamado Gold Blast, les enseñó a hacer mantenimiento de computadores. Gracias a una beca egresó de la Facultad de Ingeniería. Cumplió 32 años y ha estado 17 en la “hermandad”.
Un cambio de vida
La PUCE ha tomado partida por los “reyes, reinas y sus príncipes (hijos)”, al considerarlos un grupo excluido de la sociedad. Esa es una opción de la Iglesia Católica Latinoamericana, que han asumido los jesuitas en el mundo.
La Mgtr. Alejandra Delgado, docente de la Facultad de Ciencias Humanas, recuerda que la legalización de los Latin Kings se dio con el propósito de que cesara la violencia en espacios urbanos, así como enfrentamientos entre esta y otra pandilla.
La Corporación fue registrada en el hoy Ministerio de Inclusión Económica y Social, pero el estigma hacia sus integrantes no se ha superado, apunta la socióloga Delgado. El apoyo a esta organización es parte de los proyectos de vinculación con la colectividad de la PUCE.
“Es fundamental lograr que estos grupos, tradicionalmente excluidos, generen empatía con la sociedad, que hagan lazos”, enfatiza la magíster Alejandra Delgado.
Las clases de gastronomía
David Coello, conocido como King Pumba, pide a sus hermanos, Lobo, Fantasía, Sonrisas, Dark Blue y Neferice organizar a todos para la sesión de fotos. Minutos antes cuenta que la PUCE les ha dado oportunidades que de otra forma no habrían tenido. Cumplió 32 años y ha pasado la mitad de su vida con los Latin Kings.
Con los certificados de los cursos, King Pumba ha conseguido trabajo en restaurantes. En noviembre abrió uno propio especializado en mariscos. Él se ha interesado por las clases de Gastronomía. La pandemia, dice, no les quitó la posibilidad de aprender. Unos 40 hermanos recibieron clases los miércoles, de 15:00 a 18:00, y el sábado, de 13:00 a 19:00, por Zoom.
Su mamá, confiesa King Pumba, no quería que fuera un “rey”, temía que empezara a consumir drogas. Pero, señala, ella ha ido confirmando que “los hermanos me han llevado por un buen camino”. Asegura que respeta las reglas de la nación. “No hago daño a nadie”, apunta. Quiere el bienestar de su esposa y de las “princesas” (hijas) de ocho años y un año, que tienen.
Los testimonios
Danilo, King Liroy, de 42 años, lleva 18 años en la organización. Es sencillo, explica: “Somos un país dentro de otro, Ecuador”. Así que tienen su propia normativa, poderes ejecutivo y legislativo; sanciones económicas, suspensión de poder como rey y oficial; y una especie de Constitución a la que llaman “Literatura”.
Liroy comenta que se sienten cómodos en el campus de la PUCE. En estos años han tratado, según reitera, de mostrar que son más que el prejuicio que la gente tiene de ellos.
“Como técnico automotriz, cuando veo un automóvil dañado, me acerco para ayudar. Al despedirme les digo: te ayudó un Latin King”. Liroy lleva un collar de cuentas de colores. La Cruz, indica, es como un escudo, el distintivo de que está protegido por Dios.
En el país hay más de 850 reyes y reinas, que tienen unos 347 príncipes y princesas (sus hijos), según el último censo de diciembre, dice Pamela Cruz, de 31 años. A ella le dicen Queen Creika. Su pareja es un rey, su niña cumplió 10 años.
“Esto es más que una amistad, es una hermandad. Hasta en Navidad pasamos juntos, hubo payasitos y caritas pintadas. King Pumba se disfrazó de Papa Noel”.
En este 2022, Creika planea abrir su microempresa de venta de arreglos florales, llaveros, pulseras, muñecas y más manualidades que las reinas han aprendido a hacer. Fantasía y Dark Blue, de 36 y 40 años, quieren que se reactive el Kings Café Catering. Otros reyes buscan impulsar su negocio de serigrafía.
En la PUCE, la Corporación de Reyes y Reinas cuenta con una oficina y un espacio, para guardar el menaje de cocina y las maquinarias. Y, sobre todo, ellos tienen un lugar, para seguir formándose, un espacio en donde dicen no sentirse discriminados.
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Un video para conocer algo más de los Reyes y Reinas: